Etiopía es uno de los países musicalmente más fascinantes de África. Tiene una larga y rica tradición de música religiosa y secular debido a que el país es uno de los estados más antiguos del mundo (data de hace más de 3.000 años). A continuación, encontrarás las diez cosas que se deben conocer sobre la música etíope.
[1] Etiopía es una nación en la que conviven pueblos muy variados, con rasgos identitarios, históricos, culturales, religiosos y lingüísticos diferentes pero que a su vez comparten vínculos ancestrales colectivos con las tierras etiópicas. Como consecuencia, la música etíope, como es el caso de la mayoría de las manifestaciones culturales del país, es diversa según cada región.
[2] No hay que entender el término música etíope como un género musical único, sino como cualquier música de orígen etíope, por ejemplo, la de los pueblos tigre, oromo, amara, afar, gambela, gurage, wolayta, etc. Es importante saber que en Etiopía conviven más de 82 grupos étnicos diferentes y, por lo tanto, existen al menos 82 tipos de músicas, sonidos, bailes y vestimentas tradicionales. Esta variedad es un fiel reflejo de la diversidad étnica que ha conformado el país africano.
[3] La música es una parte fundamental de la cultura y el folclore de Etiopía. Por su temática, la música etíope se suele puede dividir en tres grandes categorías:
- Música tradicional o folclórica: comprende la música de los diversos grupos étnicos que se remonta desde la propia existencia de Abisinia, más tarde conocida como Etiopía.
- Música religiosa.
- Música popular, extraída de fuentes autóctonas y foráneas. Aunque en general el país africano es musicalmente tradicional, los etíopes también escuchan mucha música popular.
[4] La música folclórica y tradicional etíope comenzó como una forma de expresión religiosa del cristianismo ortodoxo etíope durante el siglo IV d.C. Más adelante, en el siglo VI un eclesiástico llamado Yared, venerado en Etiopía como patrón de la música sacra, creó un complejo sistema de escritura musical para su repertorio de música sagrada y danza. A la música litúrgica creada por Yared, se la conoce con el nombre de Zema. Es vigente aún hoy en día y es la base de toda la música interpretada en las iglesias ortodoxas etíopes. Uno de los elementos más característicos de la Navidad etíope es la misa con la recitación de unos cánticos especiales (besacul) la medianoche del 6 al 7 de enero. Besacul es uno de los himnos compuestos por el santo Yared. Por otra parte, en la región de Wollo, nororiental de Etiopía, se desarrolló música religiosa musulmana llamada menzuma. Los menzuma son cantados por un solista acompañado por un coro y percusión, son populares en todas las regiones del país donde residen musulmanes etíopes.
[5] Los instrumentos musicales tradicionales de Etiopía son diversos y tienen miles de años de antigüedad. Algunos de los más característicos y utilizados son: masinko, un violín con una cuerda; el kirar, una lira de cinco cuerdas; begena, llamado también el arpa de David o bien el arpa etíope; washint, una flauta fabricada en bambú con agujeros incorporados para los dedos; meleket, trompeta sin agujeros para los dedos; embilta, flauta sin de agujeros para los dedos; kebero, tambor tocado con las manos; nagarit, el tambor tocado con un palo; atamo, pequeños tambores de tres tamaños diferentes tocados con la punta de los dedos la palma de la mano; massinko, instrumento de cuerda similar al rabel con caja de resonancia cuadrada o con forma de diamante recubierta de piel; kachel, una pequeña campana.
[6] La danza folclórica de Etiopía es la fiel representación de la diversidad étnica y cultural del país. Los más de 80 grupos étnicos que pueblan el país tienen sus bailes folclóricos y sus vestuarios tradicionales. Por citar tres ejemplos:
- La danza de los oromo, en el centro y el sur del país, difiere según la región. Algunos de sus bailes tradicionales más famosos son Shoa Oromo y Halar Oromo.
- Los amara, en el norte y centro del país, tienen el más conocido estilo de baile Eskista que se caracteriza por movimientos rápidos de cuello y hombros muy particulares y únicos. Por otra parte, el Eskista presenta variaciones en las diferentes regiones de los amara (Gondar, Gojjam y Wollo).
- Los de Tigray se caracterizan por el sonido de sus tambores de fondo. De acuerdo con el ritmo acompasado distintivo de los tambores, bailan en círculo con un movimiento rítmico y delicado de cuello y hombros que a diferencia del de los amara es más suave y lento.
[7] Los azmaris, tanto hombres como mujeres, son trovadores de canciones tradicionales etíopes omnipresentes en las regiones de los amara, cuyos orígenes se remontan a tiempos inmemoriales. Estos personajes son unos excelentes improvisadores que encuentran en cada situación o contexto para interpretar una poesía humorística o satírica cantada en la que se burlan o critican a una persona, grupo de personas o una situación (política, social, económica, religiosa…) mientras hacen reír al público asistente. Estos trovadores cantan acompañados de instrumentos tradicionales, principalmente, massinko (violín de una cuerda) y un krar (lira). Además, según la inspiración del momento, incluso suelen inventar nuevas coplas en pleno recital.
Los azmaris actúan muy a menudo en los azmari beit (local de Azmari) o Tej bet (locales de consumo de esta bebida tradicional, el tej). Durante sus actuaciones, los espectadores les agracian con aportaciones dinerarias directas. Eso sí, cuanto más elaboradas y rebuscadas sean sus letras de poesía (juegos de palabras) cantada en sus recitales, más gratificaciones recibirán por parte del público. Por otra parte, solo los aludidos o interesados son los que entienden plenamente los mensajes indirectos, encriptados, subliminales o satíricos de los azmari.
[8] Hoy en día la población de más edad escucha música tradicional y también popular. Los jóvenes por su parte escuchan también música actual, tanto nacional como internacional. Algunos de los artistas más talentosos, famosos y aclamadas por el público etíope tanto de músicas antiguas como actuales son: Hachalu Hundessa, Kiros Alemayehu, Teddy Afro, Asnaketch Worku, Abinet Agonafir, Alemayehu Eshete, Ali Birra, Ayalew Mesfin, Alèmu Aga, Bezawork Asfaw, Bizunesh Bekele, Ephrem Tamiru, Eyob Mekonnen, Kuku Sebsebe, Hailu Mergia, Hamelmal Abate, Hirut Bekele, Kassa Tessema, Ketema Makonnen Gosaye Tesfaye, Mahmoud Ahmed, Madingo Afwork, Mary Armede, Michale Belayneh, Minilik Wosenachew, Muluken Melesse, Neway Debebe, Netsanet Melese, Seleshi Demise, Tamirat Molla, Tewoderos Tadesse, Tilahun Gessesse, Sèyfou Yohannès,Tseaye Yohanes, Tsegaye Eshetu, Zeritu Zewde. Los cantantes más destacados internacionalmente son: Aster Aweke, Gigi (Ejigayehu Shibabaw), Meklit Hadero, Munit Mesfin, Mulatu Astatke, Teddy Afro, entre otros.
[9] El jazz etíope, nacido en la década de 1950 en los bares de la capital Addis Abeba, es una fusión de la música tradicional etíope, jazz y la música latina (esta última a partir de vivencias de su creador en América). De este modo, se creó un nuevo estilo y una música única, ethiojazz, marcada con un sello personal del que se suele decir que la hace fácilmente reconocible pero difícilmente imitable. El padre del ethiojazz fue el músico, compositor, vibrafonista y percusionista Mulatu Astatke, formado primero en el Trinity College of Music de Londres y después en Boston, donde se convirtió en el primer estudiante africano en el prestigioso Berklee College of Music de Berklee. La música de Astatke se popularizó aún más a partir de 1998 con el inicio de la serie de discos Ethiopiques y posteriormente, gracias a la aparición de siete de sus temas en la banda sonora de la película de Jim Jarmusch Flores Rotas (2005) y de las películas Little Heaven (2011) y Town of Runners (2012).
[10] Por último, hay que aclarar que la música etíope no tiene influencia directa en el nacimiento de la música reggae que se originó en Jamaica. No obstante, sí que existe un vínculo entre Etiopía y el rastafarismo, que nació también en el país caribeño. En el momento del nacimiento, este movimiento social y práctica religiosa tomó Etiopía (por ser el único país no colonizado de África) y el emperador Haile Selassie, llamado Ras Tafari Mekonnen antes de la coronación, como símbolos de la libertad y como tierra santa; de ahí surge el término rastafari. Además, el movimiento adoptó como suyos los colores de la bandera etíope. Años después, los músicos populares de reggae, como Bob Marley, comenzaron a cantar mucho sobre el rastafarismo. De este modo comenzó a vincularse la música reggae con Etiopía, Haile Selassie y la bandera etíope. Por otra parte, Al norte de la ciudad etíope Shashemene, conocida como la Jamaica etíope y situada a 249 kilómetros al sur de Addis Abeba, se localiza el grueso de la comunidad de rastafaris que se establecieron en el país africano a partir de la década de 1930.
Denberu Mekonnen
Autor de Rumbo a Etiopía
Gerente de Mekonnen & Brook Business Consulting