[Etiopía en positivo] Green Addis

Cada vez que vuelvo a mi ciudad natal, Addis Abeba, siempre me sorprende el ajetreo y el bullicio de esta gran, dinámica, polvorienta y caótica ciudad africana.

De pequeño, el caos se caracterizaba por atascos en muchas de las calles sin pavimentar, transitadas no solo por coches, sino también por burros, ovejas y vacas intentado abrirse camino en medio de la ciudad. Últimamente, décadas de inversión en infraestructuras y desarrollo inmobiliario han desplazado a nuestros amigos de cuatro patas lejos de lo que ahora es una jungla urbana en expansión marcada por construcciones de rascacielos, andamios y grúas imponentes, y atravesada por una extensa red de carreteras y líneas de tranvía.



Paisaje urbano en Addis Abeba. Foto: Getty Images.


A lo largo de los últimos 20 años, el aire de la ciudad y sus colores vibrantes se han visto cada vez más teñidos por este frío marrón grisáceo que se eleva desde estas interminables obras de construcción, y desde la cacofonía del tráfico expulsando humo de los tubos de escape de automóviles, antiguos autobuses y camiones.

Sin embargo, para mi sorpresa, en mi visita más reciente, había una diferencia notable en la combinación de colores de la ciudad. Diferentes tonos de verde estaban comenzando a atravesar esta niebla tóxica.

Por un lado, la iniciativa llevada acabo por el gobierno nacional de plantar más de cuatro mil millones de árboles en todo el país cada año estaba teniendo un impacto notable. Cada avenida, boulevard o calle estaba delimitada por árboles.

Por otro lado, se había hecho un esfuerzo para crear zonas verdes, desde pequeños jardines en medio de las rotondas mas pequeñas, hasta parques y espacios recreativos muy amplios.   Por ejemplo, una parte del monte de Entoto que domina el norte de la ciudad se había convertido en un Parque Nacional de unas 1.500 hectáreas, tres veces el tamaño del Parque de Montjuïc o cinco veces el Central Park de Nueva York. Las puertas del Gran Palacio Imperial estaban abiertas al gran público después una reforma millonaria de los jardines tejiendo el orgullo del patrimonio cultural e histórico de Etiopía en las 40 hectáreas del hermoso paisaje con una vista espectacular a la ciudad.

Iglesia de Santa María, en el monte Entoto. Foto: Pixabay


Una obra ambiciosa plurianual pretende limpiar, renovar y aprovechar la orilla del rio Akaki y de sus afluentes que cruzan la ciudad.  Si las 30 hectareas del recién inaugurado Parque de la Amistad (Friendship Park) es una muestra de lo que tiene previsto el gobierno, este proyecto promete mucho.

Cada uno de los parques y proyectos citados se merecerían su propio artículo por su magnitud, ambición, e impacto que esta teniendo.  Pero lo mas importante desde mi punto de vista es lo que representan en su conjunto: un proceso de transformación de Addis Abeba en una ciudad que empieza a preocuparse por un crecimiento sostenible teniendo en cuenta el bienestar de sus habitantes.