Etiopía es conocida como la “torre del agua de África” debido a que el territorio etíope, a diferencia de la gran mayoría de regiones africanas que están a poca altura, se extiende por zonas altas que reciben abundante agua de lluvia y en consecuencia, en ellas nacen grandes ríos.
Asimismo, Etiopía es un país donante neto de agua por excelencia. Sus principales ríos cruzan sus fronteras transportando, además de agua, suelos valiosos para drenar principalmente a las regiones áridas de países circundantes. Por ejemplo, en Etiopía nacen los grandes ríos de Somalia (el río Wabi Shebelle y el río Genale); el río Omo, principal río tributario del lago Turkana, la segunda mayor reserva de agua dulce de Kenia o el río que aporta el 86% del caudal total del Nilo, que recorre Sudán, Egipto y desemboca en el Mar Mediterráneo (el río Abay -Nilo Azul-), entre otros. Por todo ello, la aportación de Etiopía al abastecimiento hídrico de los países vecinos es sobradamente conocida.
Así pues, el principal recurso natural de Etiopía es el agua. No obstante, en el pasado solo se aprovechó de una mínima parte de su potencial hídrico por falta de recursos económicos y tecnología para su gestión. Sin embargo, en las últimas décadas la situación está cambiando. Etiopía está invirtiendo una buena parte de su PIB para explotar sus abundantes recursos hídricos para desarrollar su agricultura, su industria, la red de centrales hidroeléctricas y para aumentar su capacidad de suministro de agua potable.
En este sentido, una de las medidas del país para el aprovechamiento eficiente de sus recursos hídricos es la construcción de numerosas presas en sus ríos, más que cualquier otro país de África. Unas ya están en funcionamiento y otras en plena construcción, como la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés) en el río Abay (Nilo Azul).
En el caso particular de la Gran Presa del Renacimiento Etíope, su construcción comenzó en 2011 y una vez terminada durante el año 2021, se convertirá en la presa hidroeléctrica más grande de África, una de las mayores del mundo (145 metros de altura y 1.800 de longitud) con una capacidad de producción de 6.500 megavatios de energía (16.000GW/h al año). Este hecho supone aumentar en un 115% la capacidad de generar energía de Etiopía. Además, la presa hidroeléctrica proporcionará energía eléctrica económica, producida de forma limpia y renovable, a los países vecinos: Eritrea, Kenia, Sudán, Sudán del Sur, Yibuti e incluso, Egipto.
Por otra parte, la presa y su embalse crearán un gran lago artificial de 247 kilómetros cuadrados con capacidad de almacenar 74.000 millones de metros cúbicos, lo cual convertirá el lugar en una nueva zona de pesca y en un polo de atracción turística. De este modo, se crearán nuevas actividades económicas en la región y, en consecuencia, nuevas fuentes de ingresos.
En resumen, la Gran Presa del Renacimiento etíope (GERD), símbolo de modernización de la economía etíope, es un proyecto de infraestructura imprescindible y vital para hacer frente a las demandas de la población etíope en rápido crecimiento y a las necesidades de desarrollo e industrialización de Etiopía.
Denberu Mekonen
Autor de Rumbo a Etiopía y socio fundador de Mekonnen & Brook Consulting.