Potenciant la creativitat i la imaginació

En este nuevo artículo sobre Muketuri, Laura y Gaya nos cuentan su experiencia al poner en práctica un taller artístico con las maestras que atienden a los más de 275 niños y niñas que asisten diariamente al centro materno-infantil de Muketuri.

A menudo las clases de arte en el centro materno-infantil de Muketuri se han basado en aprender cómo se dibuja una casa, un mono, un vestido… todo ello a modo de repetición, dando poca cabida a la creatividad y a la espontaneidad que tanto caracteriza a los niños.

La repetición no es errónea; no obstante, si es el único enfoque que se ofrece, sí que acaba limitando mucho la creatividad y las ideas que tienen los niños al afrontar la materia y dar cabida a su imaginación.
Juntamente con las misioneras, propusimos organizar talleres de plástica para las profesoras, para que experimentaran nuevas actividades con el propósito de que a la larga las pusieran en práctica con los niños. Muchas de ellas no relacionan las clases de arte con actividades creativas ni imaginativas. Por lo tanto, es fundamental que vivan y conozcan otras maneras de entender el arte y que sobre todo las entiendan como un aprendizaje imprescindible como pueden ser las matemáticas o la lengua.
Antes de la hora del almuerzo, juntamente con Melleniah, Betelhem, Zenebech, Emebet, Konjid y Asnaku nos hemos reunido en la oficina de la directora para llevar a cabo el taller de arte. Han sido todas muy puntuales, enseguida se han acomodado y han comenzado a ojear los materiales que habíamos dejado encima de la mesa.
El planteamiento del taller con las profesoras se ha basado en tres actividades. La primera se consistia en decorar su libreta de trabajo con la técnica del collage, a base de papeles de seda de colores y de decoraciones de dibujos hechos con ceras.

 

Desde el primer momento se han mostrado muy receptivas y no han dudado ni un momento en poner en práctica la actividad que les estábamos proponiendo. La finalidad de forrar la libreta consistía en que no es tanto llenar el cuaderno de dibujos sino que el niño o las mismas profesoras comenzaran a dar importancia a su trabajo desde el primer momento. Haciendo así único su cuaderno y una pieza irrepetible y sobre todo bonita.
Al finalizar la de la libreta, hemos propuesto otra actividad que coloquialmente llamamos ”la magia”. Consiste en pintar con varios colores un papel con ceras y posteriormente cubrirlo con otro color más oscuro para así poder hacer dibujos encima a modo de rascado.
A medida que iban experimentando la técnica, iban aventurándose a usar otros colores y a hacer nuevas propuestas sobre la actividad.

Hemos terminado el taller hablando de los materiales que tienen alrededor de la escuela: hierbas, trozos de troncos, paja; todos son un buen recurso para usar en actividades imaginativas y nuevas para trabajar con los niños. Lo importante es que se den cuenta de que no es necesario disponer de materiales caros o difíciles de obtener para crear grandes cosas. Por eso, hemos cogido varias hojas y troncos y hemos propuesto que cada una de ellas pintara su casa e introdujera estos materiales en la actividad. Las maestras enseguida se han lanzado a coger más y más hojas, convirtiéndolas en tejados, pasto, arboles… Han dibujado y pegado con papeles los detalles que conforman sus casas y sorprendidas comentaban lo concentradas y lo divertidas que estaban quedando las casas de las compañeras.

Al final, hemos propuesto colgar los dibujos en la pared para que todas pudiéramos ver los trabajos realizados y a medio de risas hemos concluido que podíamos reconocer Muketuri en aquellas seis casas en las que se asomaban cada una de las personalidades de las maestras.
Ellas mismas se han sorprendido de la pluralidad de resultados que habían salido de una misma actividad. Sobre todo, de lo divertido y agradecido que había resultado.

Cuando llegué a Muketuri, a Etiopía en general, me imaginaba que los niños, artísticamente hablando, serían mucho más espontáneos que los niños con los que había trabajado anteriormente. No obstante, no fue así. Al proponer dibujos libres y con lápices de distintos colores a menudo no sabían qué hacer e incluso estaban a la espera de que les diera un modelo que seguir.

Con el tiempo me di cuenta de que estos niños se expresaban mejor a partir de trabajos en 3D, más manuales y con volumen. El papel no es un utensilio con el que conviven. Se desenvuelven mejor con el material de la calle, con el que sí dan rienda suelta a su imaginación. Así que las actividades con las profesoras se han enfocado en encontrar ese equilibrio entre lo que saben y tienen y lo que pueden descubrir con ello.

Laura Mestre.
Voluntaria de AFNE en Muketuri.